Parece que fue hace mucho tiempo cuando los padres de los jóvenes de hoy tenían que emigrar hacia países ajenos en busca de una vida y un futuro mejor. La vieja creencia de que las cosas eran para toda la vida ha dado paso a una generación nómada de cambios radicales, en la cuál lo único que parece estar garantizado es la cola del paro. Es por ello que se está repitiendo nuevamente el fenómeno de la emigración. Los jóvenes empiezan a optar por seguir los pasos que muchos de sus padres dieron hace años, aunque en circunstancias muy distintas.
Mientras la necesidad apremiaba hace años en el país, los hijos además de estudiar vivían entregados a las tareas familiares. La precariedad y el afán de mejorar hizo que muchos ourensanos se repartieran por el mundo, en ocasiones para ocupar puestos de trabajo que ni los propios lugareños de los países a los que se emigraba querían. Muchos de ellos se iban sin ninguna preparación, los universitarios se podían contar con los dedos de las manos, pero existía un espíritu de superación y unas ganas de trabajar que han ido quedando socavadas con el paso del tiempo y que algunos jóvenes intentan recuperar.
Hoy este fenómeno vuelve a ser algo común, aunque la nueva generación de emigrantes en poco se parece a las pasadas. Los actuales pasan años estudiando carreras y complementándolas con másteres, seminarios y demás cursos. La tecnología ha traído la inmediatez y el conocimiento casi instantáneo de todo lo que pasa, unos lujos que de poco han servido a la hora de enfrentarse al mundo laboral. Los jóvenes se ven obligados a vivir en casa hasta los treinta porque no encuentran trabajos y los que hay son bajo unas condiciones en ocasiones insultantes, están mejor preparados. Sin embargo, también hay quien considera que no todos los males de esta generación se pueden achacar a la situación actual. Así lo afirma la encargada de programas internacionales de RSM Tenon en Belfast, Mari Carmen González: «La gente de hoy no es responsable, no se implica en su trabajo. Los que tienen poder lo utilizan para enriquecerse, el que cobra el paro lo prefiere antes que trabajar».
Parece claro que la sociedad se encuentra ante una generación nueva que ha decidido buscarse la vida fuera de España debido a la escasez de oportunidades y de buenas condiciones laborales, lo que se vuelve más evidente en épocas como la que se vive actualmente o cómo se vivió durante los años 80. Parece que esta oleada de jóvenes ha decidido dar un paso adelante para conquistar el extranjero en condiciones de calidad.
Los países de la Unión Europea son el destino favorito de los que se marchan.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es
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