En apenas una semana comenzará en Francia una nueva campaña de su vendimia. Como si el tiempo retrocediera medio siglo, se presenta como una oportunidad para muchos españoles de, en algo menos de un mes, ganar un dinero -un mínimo de casi 1.400 euros, que puede superar los 2.000 gracias a las horas extras-, que ayude a 'tapar agujeros' y a comer durante una temporada.
La falta de trabajo en España ha provocado que desde 2008 cada vez más desempleados hayan vuelto su mirada -y también sus pasos- hacia la recogida de la uva en el país vecino. En los años previos a la crisis, alrededor de 11.000 españoles viajaban cada agosto a las regiones vitivinícolas galas. Desde entonces, año a año han aumentado hasta llegar a los 14.500 de la campaña de 2011. Para la de este año, se calcula que serán ya más de 15.000, la inmensa mayoría de ellos -más de 10.500- procedentes de Andalucía. La Comunitat Valenciana, Murcia, Extremadura y ambas castillas aportan el resto.
Pero la vendimia francesa ya no es lo que era. Estas cifras quedan muy lejos de los 60.000 españoles que copaban las tres cuartas partes de los 80.000 temporeros que se precisaban en los años 60 y 70 del pasado siglo. Ahora, la mecanización ha reducido la necesidad de mano de obra a la mitad y durante menos tiempo, una media de 20 días.
El sueldo está marcado por el salario mínimo interprofesional galo, 9 euros por hora o 1.365 euros brutos mensuales por una jornada de 35 horas semanales. Las horas extras se pagan a 11,25 euros cada una.
Fuentes: www.lasprovincias.es
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