En Terrasa o Mataró, dos poblaciones barcelonesas donde hay peñas de la Unión Deportiva Almería, uno va por la calle y es capaz de encontrarse a un conocido de sus padres o de sus abuelos.
antaba Carlos Cano en aquella Habanera de Cádiz que "La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero". Al igual que a los gaditanos se les ponen los pelos de punta al escuchar aquellas letras que hablan de su ciudad, al almeriense le sale la vena nostálgica cada vez que conoce la historia de una familia de emigró desde algún escondido rincón de esta provincia rumbo a Cataluña a labrarse un futuro para su familia.
En Terrasa o Mataró, dos poblaciones barcelonesas donde hay peñas de la Unión Deportiva Almería, uno va por la calle y es capaz de encontrarse a un conocido de sus padres o de sus abuelos. Muchas fueros las familias almerienses que, orgullosas de su pasado, no han olvidado quiénes son y de dónde vienen, y están deseando encontrar a un paisano para recordar aquellos viejos tiempos. Mejores o peores, da igual. Pero con un sentimiento de extrañeza por haberse criado a tantísimos kilómetros de distancia, pese a que nacieron tan cerca.
En Mataró se encuentra la familia López Muñoz, que procede de Lubrín. Octavio, el padre de familia, es un gran aficionado al fútbol que siempre ha tenido claro que sus colores son los del equipo ni su tierra. Ni Barcelona ni Madrid, que es muy fácil. Pero nunca se hubiese imaginado que su hijo Daniel, nacido ya en tierras barcelonesas, iba a seguir sus pasos. Precisamente fue él quien le dio motivos para fundar la peña que mañana sábado verá la luz: Maresme. "He sido socio de la Agrupación Deportiva, del Polideportivo Almería, del Club de Fútbol y de la Unión Deportiva. Aunque no podía ir porque estaba trabajando en Mataró, siempre seguía las crónicas de los partidos por la prensa. Me llenó de ilusión que mi hijo hiciera lo mismo, que dijera que era del Almería cuando le preguntaran y que me dijera que quería ir al Mediterráneo a ver algún partido. Por eso, este años vamos a fundar la peña", dice un Octavio que ha logrado conseguir a trece aficionados rojiblancos que viven en Mataró: "La inauguración es el sábado al mediodía. Vamos a recibir al presidente y a las peñas que vienen desde Almería. Nos vamos a juntar unas setenta personas y como no entramos en la sede, he reservado un restaurante donde habrá un escenario para hablar y proyectaremos imágenes del Almería. Tengo muchas ganas de que llegue".
Como ir al Estadio de los Juegos Mediterráneos les supone casi unas doce horas de trayecto, Octavio y su hijo Daniel de 16 años han visto pocos partidos en Almería. Sin embargo, siempre que juegan a lo largo y ancho de la franja mediterránea tratan de ir. "Cuando los partidos son en Cataluña o Valencia sí que vamos. Por ejemplo este año fuimos a ver el partido en Elche y el primero en casa ante el Xerez porque estábamos de vacaciones en Lubrín", una tierra natal que siempre estará en el corazón de Octavio: "Tengo recuerdos muy escasos de mi época allí. Todo es muy diferente. Recuerdo a la gente en burro, las familias que se salían a las calles, se sentaban y allí hablaban. Echo de menos todo aquello. Cada vez que voy de viaje y paso Puerto Lumbreras, noto que ya estoy en casa. Quiero mucho a Almería, hasta su olor es diferente", recuerda con voz algo entrecortada por los sentimientos que le afloran cuando habla de su tierra, aunque ahora su vida y su familia está en Mataró.
Octavio confía en celebrar la inauguración de la peña con una victoria en la Nova Creu Alta de Sabadell y que el año de fundación sea también el del ascenso a Primera. "Tengo la promesa de que si subimos, me voy con mi hijo a Almería a celebrarlo. Y al año siguiente ganaremos en el Camp Nou, que ya está bien de jugar en el Mini Estadi", finaliza este lubrinense que mañana espera con los brazos abiertos a sus paisanos.
Fuentes: http://www.elalmeria.es
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