Por: Juan Arias | 26 de abril de 2012
A FAVOR DE LOS EMIGRANTES
Ayer el post de mi blog, Aparta tu racismo de mi camino que quiero pasar con mi color , coincidió con el apasionado debate en la sección de Internacional de este diario, sobre el grave problema de la caza al emigrante en Europa y concretamente en Francia, pero no sólo allí. Me impresionó del debate la afirmación de Gonzalo Fanjul, de que la actitud actual con los emigrantes es "el agujero negro de la injusticia de Europa".
Es el agujero negro y la mancha sobre nuestra Historia. Cabría preguntarse qué sería hoy de los Estados Unidos sin lo que a ese país aportaron y aportan los emigrantes, entre ellos decenas de Premios Nobel. Qué sería de este Brasil, desde el que escribo, que es una de las mayores mezclas de etnias, culturas y religiones del mundo con la presencia en el país de emigrantes de más de cien paises del mundo.
Y qué sería de nuestra España si los otros pueblos no hubiesen recibido a nuestros emigrantes huyendo de nuestra pobreza ancestral. ?Es posible que hoy creamos que seremos más ricos, más felices, más españoles, dando un puntapié a nuestros emigrantes de hoy o convirtiéndoles en nuevos esclavos sin derechos?
Si Europa, en nombre de absurdos y criminales nacionalismos, piensa limpiar su cara y reconquistar sus cultura original, prescindiendo de los emigrantes, estaremos en vísperas de nuevos holocaustos de infeliz memoria que crearon millones de muertos en defensa de razas más puras, no contaminadas, entonces sin sangre judía y hoy sin sangre islámica o extranjera en general.
Europa sin los emigrantes, no sólo aceptados y soportados, sino abrazados con cariño porque ellos nos traen sangre nueva, será una Europa sin alma, de nuevo medieval, en la que no será difícil que resurjan las hogueras de las ya olvidadas y tristes Inquisiciones religiosas o políticas.
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Las fotos hablan y con varios lenguajes sin necesidad de palabras. Hablan la expresión de las caras, la luz, las sombras, los vacíos. En esta foto hablan sobretodo los ojos de la niña negra. Hablan su mano apoyada sobre el muro de cemento del rechazo del diferente. Habla la expresión de su cara mezcla de sorpresa y de sufrida paciencia.
Sobre la foto está escrito, por la mano de un adulto, podría ser por la de su padre o de su madre: "Aparta tu racismo del camino, que quiero pasar con mi color". Es una reafirmación de su voluntad de querer ser lo que es, sin ocultarlo, sin tener que pedir perdón. No pide perdón, ni dice "Por favor, déjame pasar, aunque sea negra".
No. Es una afirmación de identidad. El racismo está en los otros. Ella se siente hija de la Tierra, como todos. El racismo está en nosotros. Con delicadeza y firmeza a la vez, nos pide: "Aparta tu racismo", aparta este muro de cemento, espejo de tu discriminación. Y añade "que quiero pasar con mi color". No quiere que se la deje pasar con compasión, como olvidándose de que es negra, diferente. No. Quiere ser lo que es: negra. Quiere ser aceptada como es: con su piel de azabache
Fuentes: Blog s El Pais.
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