martes, 19 de junio de 2012

La memoria de los emigrantes.


SOL RINCÓN BOROBIA
SANTA CRUZ DE TENERIFE
 Pocos conocen los tesoros documentales que guarda el Centro de Documentación de Canarias y América (Cedocam), pero son muchos e importantes. Se trata de incalculables riquezas que atestiguan las migraciones de los canarios al continente americano y lo que allí hicieron.
Ya sea a modo de papeles oficiales, de libros, de películas, de fotos o de discos, la sede del Cedocam, que este mes ha cumplido cinco años desde que se inauguró en pleno centro de La Laguna, guarda con celo los testimonios de una larga relación entre canarios y americano, que comenzó en el siglo XVI.
El director del centro y profesor de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, explica que entre los fondos a destacar se encuentra la biblioteca privada del palmero David Fernández, que fue profesor de la Universidad Central de Caracas (Venezuela) y a lo largo de su vida reunió 20.000 libros de literatura, historia, etnografía, medicina y otras materias.
Su familia donó su legado al Cedocam y entre su colección destacan las obras completas del escritor y lingüista Andrés Bello y del militar, político y humanista Francisco Miranda, ambos venezolanos.
David Fernández fue, además de profesor de Historia de Medicina, periodista. De hecho, llegó a dirigir el periódico El Drago, en Montevideo (Uruguay) y la revista Canarias Gráfica, de Venezuela. La historia que consiguió acumular este ilustre palmero está ahora en el Cedocam al completo y se puede consultar.
En realidad, todo el archivo del centro puede ser consultado por quien quiera con sólo presentar el DNI. Y excepto los volúmenes más delicados, los demás también pueden ser prestados.
Manuel Hernández informa que uno de los proyectos del centro es facilitar el catálogo de sus fondos en internet, y espera que pronto esté en la red. De momento, ya hay unos 30.000 volúmenes catalogados.
Mientras se termina este catálogo, hay que acercarse hasta allí y buscar entre las paredes de este lugar encajado en dos casas laguneras, una de ellas la Casa Fonseca Baulén, del siglo XVI. Su arquitectura típica, con su patio canario y sus elementos de madera, ofrece un ambiente relajado y dispuesto para el estudio y la investigación. En esta parte del centro se encuentra la biblioteca. En cuanto a la otra casa, del XIX, da a la calle Tabares de Nava y se aprovecha para realizar las labores de catalogación y guardar los fondos manuscritos y el archivo.
Recorrer las estanterías del Cedocam es seguir los pasos de los canarios en los países americanos y conocer cómo eran sus vidas allí, a qué se dedicaron, qué negocios levantaron, las vicisitudes por las que pasaron y cómo proporcionaron las islas. Dos de los fondos que el director del centro también destaca es el donado por el Consulado de Venezuela, que dejó más de 1.000 volúmenes, y el de la Casa Rómulo Betancourt, de La Orotava, que ofreció unos 500 libros.
Además, el centro tiene convenios con las universidades canarias, por lo que cualquier publicación sobre la historia de América también está en el Cedocam.
Manuel Hernández informa de que la riqueza del archivo es tal que muchos de los documentos no se pueden encontrar en el resto de Canarias ni en España. Por eso, no es raro ver investigadores que viajan desde la Península hasta La Laguna para documentarse.
Además de los libros que se consultan libremente en la biblioteca, el Cedocam tiene manuscritos muy valiosos que deben ser cuidados de forma especial y que para consultarlos hay que pedir permiso.
Entre ellos destacan los de los canarios Nicolás y Patricio Estévanez. El primero de los hermanos fue militar, político y traductor. A él se debe, por ejemplo, algunas importantes versiones en español, como La Política de Aristóteles, Obras escogidas de Séneca y Obras escogidas de Cicerón. Estuvo destinado en las Antillas, y también prestó sus servicios en Puerto Rico y Cuba, donde fue propuesto para comandante por méritos de guerra.
En cuanto al segundo, fundó y dirigió La Ilustración de Canarias, una de las dos grandes publicaciones que tuvo el Archipiélago en el siglo XIX. También fue director de Diario de Tenerife (1886-1917). También fue concejal de Santa Cruz de Tenerife y siguió a su hermano a París y Lisboa, donde trabajó en periódicos y continuó con sus traducciones.
Otros manuscritos que cuida el Cedocam son los del santacrucero Teobaldo Power, músico y compositor del que se conservan obras originales, como los Cantos Canarios, además de todo su archivo personal.
Música
El Centro de Documentación de Canarias y América tiene además una interesante colección de discos y películas. Uno de los objetivos del centro es digitalizar los discos que posee y que han sido hechos por canarios en Canarias o en América.
Entre ellos, destacan los de Ignacio Pérez González. Este fabricante de discos emigró a Venezuela y en 1950 abrió su propia fábrica en Caracas.
También se guarda la música de Juan Pulido, un canario que se fue a Cuba en los años 20 y que recibió el apodo de El emperador de la canción. El centro tiene más de cien canciones suyas.
El Cedocan posee un reproductor de discos de pizarra, con lo que pueden rescatar verdaderas joyas musicales y pasarlas a formatos más seguros.
En cuanto a las películas de la colección de este Centro de Documentación, se pueden ver directamente en el centro, en una pequeña sala habilitada para ello, y también están digitalizadas para su mejor conservación y manejo.
El fondo de fotografía es igualmente importante, con más de 4.000 imágenes antiguas de canarios que emigraron a América, o hechas por ellos. Una documentación gráfica que incluso ha sido expuesta al público en algunas ocasiones. Recientemente, el Cedocam ha llegado a un acuerdo con los emigrantes canarios para que cedan las fotos de sus vidas en los países de América y poder guardar una copia de ellas a modo de documentación con perspectiva histórica.


Fuentes: laopinion.es de tenerife.

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