(Migrations within an urban context. A comparative study of
the Basque and Andalusian immigrations in Barcelona)
Medina, F. Xavier
Institut Català de la Mediterrània (ICM)
Diagonal, 407 bis, pl. 21
08008 Barcelona
BIBLID [1137-439X (2000), 19; 97-106]
Las migraciones han sido y son un factor siempre presente en la configuración sociocultural, urbanística, etc. de
las ciudades. El presente artículo analiza comparativamente las migraciones vasca y andaluza hacia la ciudad de
Barcelona, observando las pautas migratorias y los procesos de recreación de las identidades colectivas, así como la
construcción y apropiación del espacio urbano que los grupos mencionados han llevado a cabo durante el presente
siglo.
Palabras Clave: Migración. Barcelona. Euskadi. Andalucía. Etnicidad. Espacio. Ciudad.
Hirietako konfigurazio soziokulturalean, hirigintzan, etab. beti egon dira presente migrazioak, eta egun ere
badaude. Artikulu honek Bartzelonarako emigrazioa aztertzen du euskal herritarrei eta andaluziarrei dagokienez,
migrazio-ereduak eta talde identitateen berregite prozesuei erreparatuz, eta mende honetan aipaturiko talde horiek
nola eraiki duten hiri espazioa eta nola jabetu diren hartaz aztertuz.
Giltz-Hitzak: Migrazioa. Bartzelona. Euskadi. Andaluzia. Etnizitatea. Espazioa. Hiria.
Les migrations ont été et sont un facteur toujours présent dans la configuration socio-culturelle, urbaine, etc. des
villes. Cet article analyse comparativement les migrations basque et andalouse vers la ville de Barcelone, observant
les normes migratoires et les processus de récréation des identités collectives, ainsi que la construction et
l’appropriation de l’espace urbain que les groupes mentionnés ont mené à bien au cours de ce siècle.
Mots Clés: Migration. Barcelone. Euskadi. Andalousie. “Ethnicité”. Espace. Ville.
Zainak. 19, 2000, 97-106 9 7
Medina, F. Xavier
La ciudad, entidad entendida y construida siempre desde una perspectiva humana, con
una carga social intrínseca y establecida, es en sí misma un medio que tiende a una complejización
de los modelos, y en el cual se da ampliamente una continua re c reación de la diversidad
dentro de la homogeneización urbana. Como ya señalaba Wi rth (1988:37-38) a finales
de los años treinta, “La ciudad ha sido históricamente un crisol de razas, pueblos y culturas,
y un vivero propio de híbridos culturales y biológicos nuevos. No sólo ha tolerado las difere ncias
individuales (sinó que) las ha fomentado”.
La ciudad se ha nutrido y se nutre de inmigrantes, que construyen y mantienen su complejidad.
Sin embargo, y como señala Hannerz (1986:330), “La ciudad como conjunto es la
unidad que se enfoca, y ha de entenderse como una forma social en interacción con la sociedad
que la rodea”.
BARCELONA COMO CONTEXTO. EL MARCO MIGRATO R I O
Cataluña -y muy especialmente su capital, Barcelona- ha sido a lo largo de los siglos un
t e rritorio mestizo, un territorio -no solamente- de paso. Cruce de culturas, Barcelona se ha
c o n v e rtido, ya desde la segunda mitad del siglo XIX, y muy especialmente durante el siglo
XX, en una ciudad atractiva para las migraciones, de origen principalmente español en un
primer momento, y con un relativo crecimiento de las internacionales, part i c u l a rmente en las
dos últimas décadas.
La demógrafa Anna Cabré (1990:281-283) señala que “Después de Francia, Cataluña
fue, junto con algunas regiones húngaras, uno de los pocos lugares donde la fecundidad comenzó
a bajar alrededor de 1850, y no únicamente en el área urbana de Barcelona, sinó también
en las zonas rurales”. Desde esta perspectiva, vemos como “los saldos migratorios, estimados
década por década entre 1900 y 1980 (suponen en Cataluña que) una población que
tenía 2.000.000 de habitantes a principios de siglo había absorbido 3.000.000 en ochenta
años”. Todo esto implica, como destaca la misma autora, que un 60% largo de la población
catalana, y muy part i c u l a rmente en el municipio de Barcelona, destino principal de la inmig
r a c i ó n1, es fruto directo o indirecto de la inmigración, de manera que tres de cada cuatro
habitantes de Cataluña hoy, tienen padres, madres o abuelos que han inmigrado durante el
siglo XX, o bien son inmigrantes ellos mismos.
La importancia de las migraciones en Cataluña queda absolutamente manifiesta a part i r
de estas afirmaciones. Hay que destacar, de todas formas, que durante todo el siglo XX, y hasta
mediados de la década de los ochenta, la inmigración procede fundamentalmente de otras
á reas del Estado español, aunque va siendo reemplazada paulatinamente por inmigración extranjera,
y muy part i c u l a rmente por la norteafricana, principalmente de origen marro q u í2.
Mientras que en un primer momento, las migraciones proceden principalmente del País
Valenciano, Aragón o Murcia, los andaluces irán aumentando pro g resivamente su pre s e n c i a
hasta convertirse en la primera región/comunidad autónoma de procedencia de la inmigración,
tanto a nivel de Cataluña como, principalmente, de Barcelona y su cinturón metro p o l i t a-
9 8 Zainak. 19, 2000, 97-106
1 Entre 1900 y 1986, la ciudad de Barcelona y su provincia “ ha registrado siempre más del 80% de la población
que vive en Cataluña que reside fuera de su provincia de origen” (Domingo y Osàcar, 1998). Este dato corresponde
con el patrón de asentamiento espacial de la comunidad autónoma, que concentra alrededor del 70% de su población
(1996) en el área metropolitana de Barcelona.
2 Esta inmigración no es, sin embargo, tan reciente como podría suponerse. Ya desde los años sesenta, y coincidiendo
con la etapa desarrollista de los gobiernos franquistas, encontramos en Cataluña una primera corriente de
inmigración marroquí (cf. Colectivo Ioé, 1995:107-108).
Migraciones en un contexto urbano. Un estudio comparativo de las...
no. Otras comunidades de procedencia, como Extremadura, las dos Castillas o Madrid, ganarán
también peso, aunque con una diferencia considerable, con el paso de las décadas
(Domingo y Osàcar, 1998). Tras de la regularización del año 1991, y aunque con muy poco
volumen de personas a nivel comparativo3, la inmigración magrebí se visibiliza notablemente.
En estos momentos, la población marroquí, con 2.807 personas, es la de nacionalidad extranjera
más numerosa en la ciudad de Barcelona (Parès i Pont, 1997:16) y también en Catal
u ñ a4, con 29.941 personas5 (Anuario de Migraciones 1996).
Es casi una obviedad el hecho de observar que, con las migraciones, los individuos y
los colectivos aportan a las sociedades que les reciben sus bagajes culturales, al mismo
tiempo que re p roducen y re c rean sus identidades grupales, con trayectorias y proyectos, sin
e m b a rgo, part i c u l a res y diferentes en cada caso concreto. En las páginas que siguen intent
a remos hacer una breve apeoximación comparativa a los procesos migratorios de dos de
estos grupos inmigrados: el vasco y el andaluz6. Esta comparación nos permitirá observ a r, a
través de fuentes diversas de información, distintas pautas migratorias y procesos de adaptación
al nuevo medio utilizados por los actores mismos, en relación principalmente al municipio
de Barcelona como punto de destino final.
LAS MIGRACIONES VASCA Y ANDALUZA HACIA EL MUNICIPIO DE BA R C E L O N A
Los grupos vasco y andaluz en Barcelona presentan características y pautas migratorias
disímiles, aunque, a pesar de lo que pueda parecer en un primer momento, complementarias.
Por lo que a la inmigración vasca respecta, hay que señalar que no podemos considerar
que ésta sea un modelo típico de inmigración económico-laboral, tal y como la conocemos
muy especialmente en nuestras grandes ciudades. Un primer dato característico es su re l a t ivamente
reducido volumen, que excede escasamente las siete mil personas7, siempre en
comparación, evidentemente, con el volumen de otros grupos inmigrantes residentes en Barcelona,
como es el caso del aragonés, con más de sesenta y cinco mil personas, o el gallego,
con más de cuarenta y tres mil8. Las re f e rencias a la inmigración andaluza sitúan a ésta
en la parte contraria de la tabla migratoria: con más de ciento cuarenta y cinco mil
p e r s o n a s9, Andalucía es la comunidad autónoma de procedencia con un número mayor de
inmigrantes en la ciudad1 0 (cf. tabla 1).
Zainak. 19, 2000, 97-106 9 9
3 No hemos de olvidar que estamos hablando de poco más de un 1% de residentes extranjeros sobre el total de
la población española (algo por debajo del 2% en el caso concreto de Cataluña).
4 Hablamos siempre, evidentemente, de población residente en situación legal.
5 No trataremos en este artículo el tema de la inmigración extranjera. Para un análisis más pormenorizado de la
inmigración marroquí, cf. el libro del Colectivo Ioé (1995); también puede consultarse Roque y Medina (1998).
6 Por lo que respecta al grupo vasco residente en el municipio de Barcelona, nos basaremos en datos pro c edentes
del trabajo de campo propio, llevado a cabo entre 1987 y 1996. En re f e rencia al grupo andaluz en Cataluña util
i z a remos básicamente la obra de Emma Martín (1990, 1992), junto con algunas re f e rencia de Jiménez de Madariaga
(1997), así como una parte del trabajo de campo sobre inmigrantes andaluces que llevamos haciendo en los últimos
meses, dentro de un proyecto comparativo sobre identidades colectivas y etnicidad en el Estado español y México.
7 7.571 personas, concretamente, según el último censo de población de 1991 (1994). En 1986 encontrábamos
8.027 personas, según los datos del Padró d’habitants de la ciutat de Barcelona (1988).
8 Cf. Cens de població 1991, op. cit.
9 Concretamente, 146.199 personas (Cens de població 1991, op. cit.); 160.127 personas según el Padró d’habitants
de la ciutat de Barcelona, op. cit.
10 “La importancia numérica de los andaluces en Cataluña es de una magnitud tan importante que incluso hay
autores que denominan la provincia de Barcelona como la novena provincia andaluza” (Martín, 1992:9).
Medina, F. Xavier
Tabla 1. Residentes en Barcelona (municipio) por
comunidad autónoma de nacimiento (1991)
C . A . nº personas
A n d a l u c í a 1 4 6 . 1 9 9
A r a g ó n 6 5 . 0 8 6
E x t r e m a d u r a 2 6 . 0 8 9
G a l i c i a 4 3 . 6 2 9
E u s k a d i 7 . 5 7 1
Fuente: Elaboración propia a partir del Cens de població 1991 (1994)
O t ro factor de interés en re f e rencia a ambos grupos, son sus períodos de llegada a la
Ciudad Condal. Como podemos ver en el gráfico 1, mientras que los vascos tienen sus puntos
máximos, por un lado, antes de 1940 y, por otro, en la década de 1971-1980, los andaluces,
en sintonía con aquellos grupos de una más clara tradición migratoria por motivos económico-
laborales, presentan su punto máximo en la década 1961-70. Consideramos que esta
especificación es válida tanto en lo que respecta a Barcelona -capital y cinturón metro p o l itano-
como a Cataluña en general. En este último caso, vemos (tabla 3) como los efectivos
nacidos en Andalucía aumentan pro g resivamente su peso específico, hasta llegar a su máximo
(un 51% sobre la población residente en Cataluña nacida en el resto del Estado) durante
el período 1961-70, mientras que empiezan a disminuir -aunque no pierden su import a n c i a -
a partir de la década siguiente (1971-1980).
Tabla 2. Períodos de llegada de los vascos a Barcelona (municipio)
Anterior a 1940 1 9 4 1 - 5 0 1 9 5 1 - 6 0 1 9 6 1 - 7 0 1 9 7 1 - 8 0 1 9 8 1 - 8 6 n s / n c
1 8 0 8 1 . 2 0 4 1 . 0 5 5 1 . 4 4 2 1 . 5 8 4 8 3 8 9 6
Fuente: elaboración propia a partir de Padró d’habitants de Barcelona (1988)
Tabla 3. Andaluces empadronados en Cataluña (generaciones)
(% sobre la población nacida en el resto del Estado)
A ñ o s 1 9 11 - 2 0 1 9 2 1 - 3 0 1 9 3 1 - 4 0 1 9 4 1 - 5 0 1 9 5 1 - 6 0 1 9 6 1 - 7 0 1 9 7 1 - 8 0 1 9 8 0 - 8 6
personas 1 3 ’ 9 1 2 0 ’ 1 7 2 6 ’ 9 5 3 6 ’ 6 5 4 8 ’ 3 3 5 1 ’ 0 4 4 5 ’ 0 9 2 9 ’ 3 4
Fuente: Domingo i Osàcar (1998)
Tabla 4. Vascos empadronados en Cataluña (generaciones)
(% sobre la población nacida en el resto del estado)
A ñ o s 1 9 11 - 2 0 1 9 2 1 - 3 0 1 9 3 1 - 4 0 1 9 4 1 - 5 0 1 9 5 1 - 6 0 1 9 6 1 - 7 0 1 9 7 1 - 8 0 1 9 8 0 - 8 6
personas 1 ’ 2 8 1 ’ 3 4 2 ’ 5 1 1 ’ 2 9 0 ’ 6 1 0 ’ 7 3 1 ’ 9 0 4 ’ 2 7
Fuente: Elaboración propia a partir de INE (1986) y A. Domingo (1997)
1 0 0 Zainak. 19, 2000, 97-106
Migraciones en un contexto urbano. Un estudio comparativo de las...
Podemos ver, a partir de las tablas 2, 3 y 4, como las épocas de llegada de vascos y andaluces
al municipio de Barcelona no se corresponden en el tiempo. Por un lado, mientras
que los andaluces llegan mayoritariamente en la época en la que se registra un mayor cre c imiento
por causa de las migraciones en la ciudad de Barc e l o n a1 1, vemos que las fechas de
llegada de los vascos no se dan en este período, sinó que presentan sus puntos máximos,
p recisamente, en dos épocas en las cuales la inmigración andaluza, o bien no había empezado
aún a llegar con su fuerza máxima, o bien ya había comenzado su receso. Igualmente,
y de estos dos lapsos de tiempo señalados, el contingente mayor llegado a Barcelona desde
Euskadi lo encontramos en el período correspondiente a la Guerra Civil española y en su momento
inmediatamente posterior (Medina, 1992); período en el cual muchos vascos abandon
a ron su lugar de origen por causas directamente relacionadas con el conflicto bélico, y enc
o n t r a ron en Barcelona un enclave privilegiado: por un lado, una ciudad con un tamaño suficientemente
considerable que, asimismo, empezaba a acusar ya las primeras oleadas migratorias;
por otro, buenas posibilidades laborales en una economía de amplios antecedentes
industriales, con una fuerte tendencia al crecimiento, acentuada por las Exposiciones
Universales de 1888 y 1929, así como por la construcción de la red de ferro c a rril metro p o l i t ano;
y un tercer factor importante en aquellos momentos de conflictividad: la relativa pro x i m idad
de la frontera francesa, ampliamente utilizada durante y después de la conflagración1 2.
“ N o s o t ros éramos lo que se llamaba Rojos, y huyendo de Franco, pues vinimos desde Eibar a
Bilbao, de Bilbao a Santander, y de Santander a Avilés. Después, desde allí, nos fuimos por
mar hasta Burdeos, y de Burdeos volvimos a pasar la frontera hasta aquí (Barc e l o n a ) . ”
( Varón, guipuzcoano, 68 años1 3)
Las palabras de este informante, llegado a Barcelona en 1937, nos situan sobre el terreno.
Vemos, pues, aquí, la primera de las causas de llegada a la capital catalana de algunos
de los hoy residentes vascos. En este mismo momento, la inmigración andaluza se encontraba
en una fase de crecimiento paulatino, pero aún lejos de sus puntos máximos, situados ent
re 1951 y 1970 (cf. tabla 3).
“(...) Llegué en los años cincuenta, mira tú si llevo ya... (...) Una hermana mía estaba ya aquí
de antes, y yo me vine con ella y me estuve en su casa, y luego vino otra hermana mía, que
se estuvo también primero, pero luego me puse a trabajar en la casa de una señora, y ya yo
me quedaba ahí a dormir (...)”
( M u j e r, nacida en Almeria1 4, 65 años)
Las instituciones vascas existentes en Barcelona se multiplicarán durante la época de
p re g u e rra, muy especialmente durante la Guerra Civil. Encontramos, por un lado, el “Solar
Va s c o - n a v a rro”, la institución vasca con más solera en la ciudad, ubicada en el céntrico pasaje
d’Escudillers.
Zainak. 19, 2000, 97-106 1 0 1
11 El momento de una mayor recepción de inmigrantes en el municipio de Barcelona se da, concretamente, entre
los años 1956 y 1966 (cf. Butlletí d’Estadística Municipal 1986, p. 50).
12 He tratado este aspecto más extensamente en Medina (1992); cf. también Medina (1997).
13 La declaración de este informante fue tomada en el año 1987. La edad que se expone es la que tenía en el
momento de la declaración. La persona de cuya información ha sido tomado el fragmento murió en 1993.
14 Hay que destacar, como veremos más adelante, que “los primeros andaluces que se dirigieron a Cataluña salieron
principalmente de la provincia de Almería” (Martín, 1990:255).
Medina, F. Xavier
“Había un centro vasco, sí. Aunque yo no lo llegué a conocer. He tenido noticias de él por
o t ros asuntos y papeles que he movido, y así, pero no porque haya ido (...) porque creo que
aquello debió cerrar ... allá por los años veinte o así, fíjate si hablo de tiempo”
( Varón, guipuzcoano, 70 años1 5)
El carácter de buena parte de las instituciones que se crean en estos momentos, de
a c u e rdo con los tiempos que corren, tienen un marcado acento nacionalista. El Batzoki f u e
fundado en 1930. Y, durante la Guerra Civil, tras la caida de Bilbao, el Gobierno vasco en el
exilio, encabezado por el lehendakari José Antonio de Aguirre, se trasladó y estableció su
sede en Barcelona (cf. Medina, 1992). Fueron años de una gran actividad vasca en Cataluña,
y muy especialmente en la Ciudad Condal, que se convierte, entre 1937 y la caida de la ciudad
en manos de las tropas nacionales, en la capital oficiosa de Euskadi, sede del gobiern o
vasco en el exilio.
A partir de los años cuarenta, sin embargo, y una vez finalizada la conflagración1 6, la inmigración
vasca hacia el municipio de Barcelona iniciará su descenso, hasta que a principios
de los años sesenta empieza una débil remontada que acabará afianzándose, finalmente,
durante la década 1971-801 7.
Con respecto a la colectividad andaluza, sin embargo, es ahora, precisamente, cuando
empieza su mayor afluencia hacia la ciudad, y es también ahora cuando la necesidad de una
a p ropiación más intensiva y específica del espacio urbano se hace más patente. A finales de
los años cincuenta se fundará el primero de los centros andaluces en Barcelona: la “Casa de
Almería”, ya que, como hemos indicado anteriormente, en un primer momento la inmigración
de esta provincia es la que presenta una mayor afluencia hacia la ciudad. Durante los años
sesenta -muy especialmente durante la segunda mitad de la década- y principios de los setenta,
con una inmigración andaluza ya bien establecida tanto en Barcelona ciudad como en
los núcleos urbanos del cinturón barc e l o n é s1 8, comienzan a aparecer ya toda una serie imp
o rtante de centros andaluces tanto en Barcelona como en diferentes poblaciones catalanas.
Como señala Emma Martín (1990:255-257), estos centros combinan, por un lado, una ideología
principalmente españolista con, por otro, “un deseo de los andaluces de no perder sus
origenes (...) (y) un contenido fuertemente andaluz, llegando incluso a reivindicarse la identidad
andaluza”. No es casualidad, en este momento, que en las primeras elecciones al parlamento
catalán, en 1980, el P a rtido Socialista de Andalucía obtuviese dos escaños1 9.
1 0 2 Zainak. 19, 2000, 97-106
15 Al igual que en el caso mencionado anteriormente, este informante murió en 1994. La edad reseñada es la
que tenía en el momento de recoger su declaración, en 1992.
16 El papel de la frontera francesa, mencionado más arriba, tendrá su importancia. Un cierto número de vascos
que en un momento dado se encuentran en Barcelona se verán obligados a abandonar la ciudad y Cataluña en general
con la entrada de las tropas franquistas.
17 Para la observación de este hecho, tenemos tanto los datos que ofrecemos tanto en la tabla 1 como en la tabla
4. En relación a estas últimas, sin embargo, hay que destacar que entran en juego más factores que el simple descenso
numérico de los inmigrantes, y hay que tenerlos en cuenta; muy especialmente el hecho de que todos los gru p o s ,
en general, disminuyen en pro p o rciones diferentes su presencia en la ciudad, cosa que influye en las consideraciones
s o b re un grupo determinado. En este sentido, un acusado descenso del grupo mayoritario (andaluz) puede hacer aum
e n t a r, comparativamente, el peso de otras colectividades inmigrantes, a pesar de que éstas no hayan variado -e incluso
hayan disminuido- su volumen. Los datos que observamos en la tabla 1, aunque son re a f i rmados por los de la tabla
4, dan, en este sentido, una información más directa sobre los hechos expuestos.
18 Son muy destacables, por ejemplo, los casos de L’Hospitalet de Llobregat, o de Barberà del Vallès o Santa
Coloma de Gramenet, donde se vienen celebrando en los últimos años las “Ferias de abril”, gran momento festivo por
excelencia de la colectividad andaluza en Cataluña (cf. Calvo y Medina, 1996). A nivel comparativo, en relación a los
andaluces en Madrid, cf. Jiménez de Madariaga (1997).
19 Anuari Estadístic de Catalunya 1997 (1997:711).
Migraciones en un contexto urbano. Un estudio comparativo de las...
La afluencia de inmigración andaluza hacia Barcelona continuará siendo importante aún
durante toda la década de los setenta, con un fuerte descenso a partir de los años ochenta.
Será, sin embargo, precisamente en este momento, como hemos mencionado más arr i b a ,
cuando se dé otro período de re m a rcable afluencia migratoria vasca hacia el municipio de
B a rcelona. Podemos comprobar igualmente que, aunque la “fiebre” de la migración económica
ha quedado ya atrás en buena parte en los años anteriores, es este todavía un período
de fuerte inmigración en la ciudad, con la llegada, por ejemplo, de un 14’8% de los hoy re s identes
andaluces, y con una importante inmigración, aún, de extremeños, castellanos o aragoneses.
Vemos, sin embargo, qie la inmigración “tradicional” (económico-laboral) sufre, en
general, una disminución importante: en el caso andaluz de un 20%2 0. A pesar de todo, es
ahora cuando un nuevo contingente de personas decide su traslado a Barcelona desde
E u s k a d i2 1.
Si observamos el mapa urbano barcelonés, y en él las zonas donde vive un mayor núm
e ro de inmigrantes vascos, podremos observar que entre ellas se encuentran algunas de
aquellas que tienen un estatus socioeconómico más elevado. En estos distritos2 2 vive un
42,5% de los miembros del colectivo mencionado y, curiosamente, buena parte de ellos lleg
a ron a la Ciudad de Barcelona con posterioridad a 1971. Los motivos por los cuales estas
personas se encuentran en la ciudad no son los de una búsqueda indiscriminada de trabajo,
sinó que, en un relevante porcentaje de los casos, es desde la ocupación que se posee en el
lugar de origen desde donde se accede, por cambio de destino, a la actual actividad en Barcelona.
Este es el caso de diversos ejecutivos de empresas, bancos o cajas de ahorro vascos
que tienen filiales en la capital catalana, así como de otros técnicos y cuadros medios
que han sido reclamados y/o trasladados desde Euskadi.
“La cosa fue porque yo estaba trabajando en esta empresa (norteamericana), pero estaba
aún de prueba, y cuando llegó el momento de decirme si me quedaba o no, pues no me decían
nada. Entonces me llamaron un día para hablar conmigo, vieron que era soltera, y tal, y
me pro p u s i e ron pasarme a Barcelona, a las oficinas nuevas (...) Yo en un principio me lo pensé
un poco, porque, bueno, dejar a mis padres y eso, y marc h a rme sola a Barcelona, pues no
es que me hiciera mucha gracia; pero, bueno, como me interesaba seguir en el trabajo y eso,
y sólo iban a ser unos meses, pues me vine. Y ahora ya llevo aquí más de diez años, y no
c reo que vuelva a casa aún en tiempo.”
( M u j e r, alavesa, 32 años).
Un ejemplo destacable, aunque ya a finales de este período, puede ser el de la distribución
por grupos profesionales de los vascos llegados y empadronados en el municipio de
B a rcelona en el año 1986. Vemos que, sobre un total de 93 personas2 3, alrededor de un 20%
c o rresponderían a las diversas categorías de dire c t i v o s2 4, profesiones liberales y técnicos sup
e r i o res; poco menos de un 15% serían otros técnicos, cuadros intermedios y aquellos que
c o rresponderían a la categoría “religiosos, deportistas, artistas y miembros de las fuerzas ar-
Zainak. 19, 2000, 97-106 1 0 3
20 Padró d’habitants de Barcelona (1988). Ver también la tabla 3.
21 Según los datos utilizados por Esteva (1973:151), en 1970 encontraríamos en el municipio de Barcelona un
total de 17.962 vascos.
22 Sant Gervasi (1.105); Esquerra de l’Eixample (772); Gràcia (487); Les Corts (482); Sarrià (388). En el porcentaje
se incluye también Pedralbes (179). Datos del Padró d’habitants de la ciutat de Barcelona (1988).
23 Cf. Butlletí d’Estadística Municipal 1986, p. 52.
24 Directivos de empresas, adimistración pública, comercio y servicios (ibíd.)
Medina, F. Xavier
m a d a s2 5, mientras que sólo un 13% corresponderían a otras categorías de trabajadore s2 6.
Una revisión igual de la inmigración andaluza por grupos profesionales nos situaría, por
ejemplo, para la primera categoría de directivos, profesiones liberales y técnicos superiore s ,
en un 7% del colectivo, mientras que un 3’5% se encontrarían dentro de la segunda categoría
prefesional que hemos señalado (otros técnicos, cuadros intermedios y “religiosos, deportistas
y miembros de las fuerzas aramadas)2 7. Vemos, pues, sumando estas dos categorías
para ambos grupos, que lo que entre los vascos significa un 35% del colectivo, entre los andaluces
sumaría, en este mismo momento, poco más de un 10% del total.
Aun manteniénsose en términos absolutos como el colectivo inmigrante más numeroso e
i m p o rtante tanto en lo que respecta a Barcelona ciudad y provincia -con más de ciento cuarenta
y cinco mil personas- como en Cataluña en general, si observamos los porcentajes ref
e rentes a las generaciones de andaluces empadronados en la ciudad (tabla 3), vemos que
el peso del colectivo en relación a la población nacida en el resto del Estado español ha disminuido
considerablemente, pasando de un 45’09% en la década 1971-86 a un 29’34% entre
1980 i 19862 8. La disminución del peso específico del colectivo andaluz ha llevado en térm inos
estadísticos, a una relativa valorización del resto de grupos en el conjunto urbano barc elonés
y, evidentemente, también en Cataluña, a nivel más general. Esta es en buena parte -y
e n t re otras-, la causa del aumento del peso relativo del grupo vasco entre 1971-80 y 1980-86
(de un 1’90% a un 4’27%), a pesar de una pérdida específica de indivíduos en términos absolutos
(cf. tabla 4).
Si algo queda claro, de todas formas, a través de lo que hemos visto hasta ahora, es
que los grupos, como los individuos, en un contexto de inmigración, llevan a cabo una const
rucción y una apropiación de la ciudad específicas, con unas pautas de asentamiento que
les son propias y que, en todo momento, implican una construcción del espacio2 9 c o n c re t a
adaptada a sus necesidades sobre el terreno. Barcelona ha sido y sontinuará siendo, no sólo
un lugar de paso y de proyectos temporales, sinó también aquello que Louis Wi rth llamaba
“crisol de culturas”. El origen de las migraciones que se reciben -y la elaboración y la re c re ación
de las identidades que se construyen en este marco- es cambiante, y esto constituye,
p recisamente, en buena parte, la riqueza del universo que se construye en la ciudad. Como
decía también Hannerz, “la ciudad como conjunto es la unidad que se enfoca”. Este conjunto
implica una construcción común de la urbe; una construcción que contiene en su interior, sin
e m b a rgo, –y no podemos olvidarlo– muchas construcciones y apropiaciones diversas.
1 0 4 Zainak. 19, 2000, 97-106
25 Otro 20% correspondería a menores de edad y estudiantes, un 15% a amas de casa y alrededor de un 5% a
jubilados.
26 Hay que destacar al comentar estos datos, que un importante porcentaje, superior al 30% del total, no consta
en la descripción estadística.
27 Hay que observar, sin embargo, que en el caso andaluz no consta tampoco casi un 35% de los empadronados
en la descripción estadística.
28 El peso específico ha continuado disminuyendo hasta el último censo del año 1991, como hemos podido observar
más arriba (cf. nota 9).
29 Y del tiempo (cf. Fernández-Martorell, 1996).
Migraciones en un contexto urbano. Un estudio comparativo de las...
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